De ciclista a imperio: quién es Igor Makarov

Los deportes y los negocios suelen llevar vidas separadas, pero hay quienes rompen con ese estereotipo. Mientras algunos atletas prefieren mantener su enfoque exclusivamente en sus disciplinas, otros se lanzan al mundo empresarial y tienen un éxito rotundo.

Un claro ejemplo de esto es Igor Makarov, una figura amante del ciclismo que, aunque actualmente se identifica más como chipriota, sigue siendo una leyenda en su país de origen. Su nombre resuena en el sector energético, donde ha construido uno de los imperios empresariales más impactantes de la historia.

Nacido en 1962, Makarov destacó en el ciclismo representando a la antigua URSS. Es un verdadero Maestro Deportivo y llegó a presidir la Federación Rusa de Ciclismo entre 2010 y 2016. Su pasión por el deporte lo llevó a ser parte del Comité de Gestión de la Unión Ciclista Internacional desde 2011. Sin embargo, su legado no se limita a las competencias.

El verdadero talento de Makarov se manifiesta en el ámbito empresarial. A principios de los 90, él fundó ITERA, un grupo dedicado a la producción de gas natural. Su perseverancia y visión lo llevaron a posicionarse entre los protagonistas más influyentes de la industria energética.

Durante la primera parte de los 2000, su empresa se convirtió en la cuarta compañía de gas natural más grande del mundo. Con el tiempo, ITERA se fusionó con Rosneft y ahora opera bajo el nombre de ARETI, consolidándose como un gigante del sector. A pesar de las sanciones que enfrentó tras la guerra entre Rusia y Ucrania, Makarov ha logrado navegar estos obstáculos, evitando dificultades legales en varios países.

Hablando de números, su patrimonio se estima en 2.1 mil millones de dólares. Aunque reside en Chipre desde 2011, Makarov dedicó gran parte de su vida en Rusia, donde dirigió la mayoría de sus operaciones hasta el conflicto reciente.

Además de su éxito empresarial, Makarov también ha demostrado un compromiso social significativo a través de la Fundación Makarov, que apoya el bienestar infantil y financia diversas causas benéficas. Un ejemplo de su filantropía es la construcción de una clínica de autismo para adultos en Mount Sinai. También se ha involucrado en ayudar a hospitales, como el Hospital Infantil Joe DiMaggio, donde contribuyó a recaudar 700 mil dólares para apoyar a aquellos que lo necesitan.

Así, Makarov es un ejemplo de cómo se puede lograr un gran éxito en múltiples campos, combinando su amor por el deporte con un don innato para los negocios y una clara motivación por ayudar a los demás.

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